lunes, 19 de diciembre de 2016

Paupérrimos

Lejos del llamado umbral de la pobreza por la ONU, existe una raza de pobres que no tiene tiempo para perder el tiempo en nada que no hinche sus billeteras.
Esos pobres, son tan pobres que comen una basura especial y muy cara, a la que llaman alimento. Tan pobres que tienen derecho a respirar veneno por la calle, pero no a fumarse un cigarro en un parque.

Se les olvidó que con los pies se camina y con la cabeza se sacan conclusiones propias. 
Desprestigian a las personas que educan a sus hijos mientras ellos ganan dinero para consentirlos.

Sueñan con los paraísos de plástico y llenan de latex su cuerpo para ser lo que no nacieron.
Algunos de esos pobres viven pasiones con chips y motores. Viajan en vacaciones a lugares lejanos para alojarse en fortificaciones lujosas. Jaulas de ocio llenas de muchos, que siempre están solos.

En su civilización, las cosas importan cada vez más y las personas cada vez menos. Y sobre todo, se diferencian de los demás por ser ciegos, hijos de ciegos, amigos de ciegos y padres de futuros cieguitos.

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