
Esos pobres, son tan pobres que comen una basura especial y muy cara, a la que llaman alimento. Tan pobres que tienen derecho a respirar veneno por la calle, pero no a fumarse un cigarro en un parque.
Se les olvidó que con los pies se camina y con la cabeza se sacan conclusiones propias.
Desprestigian a las personas que educan a sus hijos mientras ellos ganan dinero para consentirlos.
Sueñan con los paraísos de plástico y llenan de latex su cuerpo para ser lo que no nacieron.
Algunos de esos pobres viven pasiones con chips y motores. Viajan en vacaciones a lugares lejanos para alojarse en fortificaciones lujosas. Jaulas de ocio llenas de muchos, que siempre están solos.
En su civilización, las cosas importan cada vez más y las personas cada vez menos. Y sobre todo, se diferencian de los demás por ser ciegos, hijos de ciegos, amigos de ciegos y padres de futuros cieguitos.
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