Ayer trabaje en la sección infantil y cuando estoy allí me gusta entretenerme a ojear los albumes ilustrados. Ayer descubrí este:
Mamá, ¿De que color son los besos?
Dedicatoria de la autora: A mi hijo Roger, con el deseo de que su espíritu, inocente e inquieto no le abandone nunca. Tu mami.
Eran pasadas las nueve cuando, como cada noche, Pablo se deslizó en la cama de su madre y se acurrucó a su lado. ¡Como disfrutaba de que calor tan familiar y a la vez tan espacial!
La miró de reojo y le preguntó:
- Mamá, ¿De que color son los besos?
- ¿Los besos? Vaya… pues… los besos pueden tener muchas formas y colores. En realidad, cambian de color según lo que nos quieren decir.
Algunos besos, hijo mío, son pequeños, ruidosos, divertidos y muy, muy bromistas. Son de un rojo brillante como…¡Como cerezas! Y nos dicen: “Te quiero con alegría, frescor y vitalidad”.
- ¡Ah, como las cerezas que nos ponemos en las orejas como si fueran pendientes! – Dijo Pablo.
- ¡Eso es!
También hay momentos, hijo mío, en los que los besos son jugosos y están llenos de vitaminas de color naranja. Son los que nos aprietan fuerte y dicen: “¡Buenos días, es hora de levantarse!”
- ¡Ya los conozco!- le interrumpió Pablo-. Son los que me das cuando me dices: “Te voy a comer a besos!”, ¿Verdad, mamá?
- Los mismos!
- ¿Y de color amarillo, mamá? ¿Existen los besos de color amarillo?
- ¡Pues claro! Los días en que los besos son calidos e intensos, su color amarillo brilla como el sol. Es cuando nos dicen cuánto les gusta nuestro cariño y compañía.
- ¡Ah, si! Y nos regalan abrazos y caricias…Ésos me gustan mucho, mamá- Dijo Pablo.
- Mamá ¿Y los que hacen cosquillas en la oreja, en las mejillas y en el cuello? ¿Esos de que color son?
- Pues… esos… Esos son los que se mueven al ritmo de la música y son de color verde luminoso como los campos y los bosques cuando sopla el viento. A los besitos verdes les encanta la vida y las gusta ver respirar y crecer a los seres queridos.
La madre, viendo que a Pablo se le cerraban los ojos bajó la voz y continuó:
- A veces, en cambio, los besos son largos y tranquilos, de un azul suave y esponjoso como el cielo. Son los que nos explican que su amor es profundo, sin límites, un amor tan grande que, mires donde mires, parece que nunca se acaba.
- ¿Y pueden llegar hasta la luna?- preguntó Pablo.
- Seguro que sí- le contesto la madre.
- Y ¿Sabes? Muchas veces los besos son de color lila oscuro y misterioso. Son los besos que nos consuelan cuando estamos tristes o confundidos o no sabemos qué hacer o adónde ir y nos dicen “No te preocupes, que yo estaré siempre a tu lado”
Pablo, haciendo un esfuerzo por no cerrar los ojos, exclamó:
- ¡Mama, los besos son de los colores del Arco Iris!
La madre lo miró, sonrió y le besó en la frente. Con un hilo de voz, Pablo volvió a preguntar:
- ¿Ya éste, mamá? ¿De que color era este beso?
La madre le susurró a la oreja:
- Éste, hijo mío, era un beso de “buenas noches”, blanco como la nieve y te quería expresar cómo me gusta el silencio, la paz y la tranquilidad que siento a tu lado.
Y ¿Sabes como nació el color blanco, Pablo?
De un beso que se dieron todos los colores del Arco Iris.
Carla Pott y Elisenda Queralt
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miércoles, 2 de julio de 2008
Besos de colores
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