viernes, 22 de agosto de 2008

Titiriteros y equilibristas



Somos titiriteros….de aquellos antiguos que utilizaban marionetas articuladas movidas por dos aspas de madera, una en cada mano.



   Las marionetas de la vida son balanzas – mi libra interior no libra los jueves…  ;) -  las marionetas/balanza se llaman “balanzíteres”…cada una de las manos, pretende equilibrar y controlar un montón de ellos…mientras unos entran en escena otros duermen en un baúl esperando que llegue el momento de actuar…

Cada “balanzítere”, contrapone las esquinas de ese polígono complejo que es el Rey Buho:
Está Obliguertad, el “balanzítere” de equilibra la libertad y la obligación. Pura, la de la locura y la cordura. Amordio, para el amor y el odio. Risto, para la risa y el llanto….. porque todos somos todo, pero algunos dejan atrás la esencia del titiritero para coger la del filólogo, y se olvidan del peso de alguno de sus platos de balanza por el afán de definirse….por el peso de la palabra… Un titiritero tímido, por ejemplo, es tímido y punto, de manera que cuando Timy, el “balanzítere”  de la tímidez-locuacidad, sale a escena, la mano que se encarga de él se ocupa de tocarse el pelo, porque su equilibrio ya esta desecho de antemano por la definición que el titiritero tiene de sí mismo.

   Hay quien en su afán de perfección, quiere ser el primero de la clase, y juega a ser el mejor titiritero del mundo. Gritando a pleno pulmón que sus “balanzíteres” cuadrados siempre están a la altura de las circunstancias, que sus funciones siempre son aplaudidas .….me gustaría ver al gran titiritero improvisando una actuación en el auditorio municipal de Puebloextraño…

   Hay titiriteros engominados, que defienden aquello del continente con-sin contenido…ellos salen a escena con “balanzíteres” de oro y piedras preciosas, con una sonrisa blanca y endodóntica…. Viendo orgullosos ese patio de butacas lleno de admiradores “ojipláticos”.…. Sin ver que todos los presentes son  urracas que se quedan absortas con cualquier material que brille….

   Y es que…. Está claro que el equilibrio perfecto no existe, que la pureza de cada “balanzítere” depende del momento, y que dejaríamos de ser humanos, si nunca subiésemos a un escenario “titiritando” de miedo, con una maraña de hilos de marioneta enredados por el viento entre las manos…..

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