domingo, 14 de junio de 2009

Cuando acaba la noche



Conduzco despacio pero sin prisa.
El cielo empieza a anunciar su color diurno.
Veo como los letreros luminosos mueren por falta de significado, mientras la ciudad duerme.

         A estas horas no puedo dormir más, viví un sábado de desajuste social, como otros muchos números picoteados en el calendario.

        Enciendo un cigarro.
El aire fresco del nuevo día entra por la ventanilla abierta.        
Se me eriza la piel - títulos de crédito del verbo sentir -
……Un domingo al amanecer conduciendo sin destino….
Busco un dial en la radio que se adapte a este momento. No existe esa emisora, no hay demanda de "mantas sonoras" para el frío de domingo.

        Enciendo otro cigarro y mirando sin ver descubro la guinda que salí a buscar esta mañana….empiezo a ser consciente de lo que veo, y poco a poco mi mirada se adueña de mi mente...ya no hay nada más que pensamiento....y.... ¡Ahí está la clave! …..

El espejo derecho acaricia sin tristezas las imágenes del mundo que va dejando atrás….perdiéndolas de vista poco a poco y cogiendo nítidamente y con alegría las imágenes del ahora. Su mundo cambia por segundos, excepto una pequeña parte del coche que hace de marco izquierdo y  nunca pierde de vista, así evita angulos muertos….….
10 minutos después todo tiene sentido………gracias a un espejo retrovisor!!!!

         Sigo conduciendo, pero ahora sonrío.
         Pongo radio clásica, suena la Pastoral de Beethoven
         Los primeros rayos del sol me regalan su calor a través de la luneta delantera del coche
         Próxima parada: el parque……quiero andar descalza por el césped.

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