lunes, 5 de abril de 2010

Peso pesado


Me pesa la corbata., me asfixia...y es que estamos equivocados, todos creemos que las corbatas son inofensivas, pero en realidad una corbata es una horca del revés y esa tela que aparentemente no pesa, si pesa. Es una seda con un peso social que cada vez te ancla más al suelo. Y con cada paso que te aleja de el camino “Corbatil” te extrangula sin piedad.

Hasta ahora pensaba que su lazo aun no se había apoderado de mi gaznate. Pensaba que las corbatas no tenían ningún poder sobre mi, porque el polvo de hada y los pensamientos alegres tenían más fuerza en mi cabeza que un adorno prestigioso, pero no, resulta que  las corbatas a mi también me han echado el lazo.

Estoy en una situación de peligro peligroso, de nervioso nerviosismo, de enfado enfadado y de tensa tensión...¿A que profesional hay que llamar cuando te das cuenta de que el mundo donde vives está rodeado de alambrada electrificada de miedos? ¿Cómo me quito los guantes de latex para volver a ensuciarme las manos cuando juegue con el barro?

Que alguien apague el ventilador, que me ha pillado el pelo...que si estoy resistiendo el dolor del tirón es porque aun no me siento capaz de coger las tijeras y cortar por lo sano.
Que alguien le dé al interruptor de las voces que siempre saben lo que es mejor...y que por una vez se paren a pensar que a lo mejor mi camino no quiere ir a Roma.... que es posible que prefiera la bufanda al viento del niño que desatascaba volcanes, que la corbata del economista que contaba estrellas.

Extraido de:

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