martes, 23 de abril de 2013

Las cartas de Chula.

Hola, tia Belen!


Te escribo la presente (creo que se dice así), para contarte que esta primavera calurosa me trata
perramente. Por un lado he ganado en comodidad porque "las jipis" ya viven solas y ahora nadie va detrás de mi a limpiarme los bigotes después de beber agua o comer para que no fuese dejando gotas por el suelo. Pero esta ciudad es una mierda para las "perrosonas" como yo, la policía hace campañas antiperros sueltos y van por los parques de incógnito poniendo multas a la gente irrespetuosa que lleva a los animales sin correa. Aquí no saben diferenciar a los perros de las perrosonas con clase que sabemos comportarnos, y el collar me aprieta y cuando voy con correa no sé ni cagar, ni mear porque no estoy acostumbrada. El pipican (que nombre más feo, verdad?) del parque huele a pises, y la primera vez que vas mola, porque te pegas horas oliendo las guarradas de otro, pero la segunda vez ya no tiene ningún atractivo porque apesta a las mismas cacas y pises y además no hay sombra. A mi el sol no me gusta mucho y me hace llorar.

Para colmo de males, a Laura le ha dado por ir en bici, y me lleva todas las mañanas a un campo, donde dice que pronto estará nuestra casa, corriendo detrás de ella. (Lleva una bici nueva que le regalaron en la boda y en el porta ata con un pulpo un azadón, imagínate, va como su vecino Ciriaco, bici, azadón y perro...y ella que no es muy femenina levanta miradas de asombro en esta ciudad, es posible que crean que está un poco ida, además huele raro). Cuando llegamos allí, saca una cuerda y un cubo que tiene escondidos entre la hierba y me saca del pozo un agua fresquita que me gusta mucho (a pesar de las cianobacterias, luego ni me escagarrizo ni nada, creo que tu me hiciste fuerte en Cuenca en estos menesteres, muchas gracias). Luego se mete toda la mañana en una cosa redonda llena de mierda a la que ella llama alberca, con el azadón a arañar el suelo y a llenar sacos de basura. Dice que llevan 30 años tirando allí la mierda todos los agricultores guarros de la zona. Ya tiene un montón de bolsas azules grandes llenas que yo me dedico a oler con deleite (a veces cuando no me mira, también las meo). Algunos ratos lloro porque me quiero meter con ella, pero me da mucho miedo saltar porque está muy profundo y yo nunca he sido una perrisonita muy ágil. 
Laura me dice que me siente debajo del árbol y que tenga cuidado de la bici, ¡que tonta! yo jamás he tenido cuidado de nada, y la verdad es que estoy deseando que se la roben para que no me traiga corriendo todos los días hasta aquí.

Lo peor es después, cuando tenemos que volver a la ciudad, por la mañana aunque hace sol (y a mi el sol no me gusta y me hace llorar) voy más contenta, pero cuando volvemos a medio día es mucho peor, el sol de medio día hace que la lengua se me haga larga, larga, que las patitas no quieran moverse y si no lloro es porque no me da el resuello para eso. La muy puta toca el timbre de la bici para que vaya más deprisa...cuando hace eso la odio mucho, y si no le muerdo es porque tengo que correr para llegar a ella.
Me vengo de lo que me hace tumbándome en cualquier sombra y haciéndola volver hasta donde yo estoy. Tardamos un montón en llegar a casa a comer, y ella no lo sabe, pero yo me voy riendo por dentro.

Ahora ya lo llevo mejor, porque he descubierto una fuente en la que me puedo meter, y ya mojada hago yo el camino de otra manera. Porque no te lo vas a creer... pero en Ciudad Real NO HAY RÍO, ni siquiera de esos grandes a los que vamos en verano y el agua está salada. Es una locura ir por los caminos hasta muy lejos, lejos, lejos si no hay río ni muchos árboles. "Las jipis" dicen que eso da igual, que los árboles ya los plantarán ellas (se creen guays).

Yo me quiero ir a Cuenca y vivir como antes en una casa fresquita y no llevar correa por la calle, y salirme a la puerta sola a saludar a la gente que pasa y que me hagan caricias, y salir a jugar por el rÍo con la prima Curra . Aquí no puedo jugar al juego de subirme encima de perros machos y mover el culo, aunque lo intento no creas, pero los feos que van al otro lado de la correa se alteran mucho y tiran de ellos, dicen que no quieren que se junten con chusma (no entiendo por qué dicen eso, yo me llamo Chula, no Chusma, será otro idioma).

Bueno, tía Belén, espero que vosotros esteis muy bien (bueno, si Moqui está bien o no me da un poco igual, porque el no me quiere), aún no sé cuándo me llevarán a verte "las jipis". Esther está todo el día en el ordenador muy nerviosa con no sé qué proyecto que tiene que entregar, así que no tenemos mucho tiempo de viajes.

Un beso a todos, os quiere 
Chula.

PD. ah! he aprendido a decir "pesicola", cuando tengo mucho calor, digo "pesicola" Y Laura saca de su mochila un platito pequeño y me echa en él agua de su botella (está más caliente que la del pozo, pero no tiene bichos).

1 comentario:

Anita dijo...

Soy fan de Chusma... digo Chula!!
Voy a verte pronto Chulita y te llevo agua fresca!!


(No tiene nada que ver, pero es jodidamente dificil demostrar que no eres un robot...)