El comienzo de la aventura se da un día como otro, en el que al mirar por tu ventana te das cuenta de que por ella solo puedes ver un pedazo del cielo. La idea de todo lo que te queda por ver, se queda grabada a fuego en tu cabeza y un día te atreves a salir al campo, a mirar el cielo en su plenitud. Es más grande y alto de lo que jamás habrías pensado. Y quieres más…
…Ahora que lo has visto, ha llegado la hora de probar tus alas, aunque sepas que en cualquier momento puedes caer, ya no puedes vivir sin intentar volar por el azul…. Sabes que es más seguro quedarse en tierra, pero si no quieres fallarte a ti mismo, te sientes en la obligación de descubrir todas esas maravillas que nunca te otorgará el cobijo de la chimenea de tu hogar. Donde está el peligro, se encuentran los descubrimientos más brillantes, los placeres que te hacen más “persona”, única entre todas las demás. Coges tu mochila y te tiras de cabeza a la piscina del riesgo.
Cuanto más vives, más aprendes. Cuanto más aprendes, más recuerdos guardas en tu mochila. Cuanto más guardas, más quieres - más te das cuenta de todo lo que podrías guardar -. Cada paso, cada día, cada kilómetro, solo significa que más camino quieres recorrer.
¿Qué tiene de malo querer más?...
Si puedes volar. Vuela alto.
Con lo grande que es….. ¿Porqué conformarse con un trozo de cielo?
Interpretación con mis palabras, de la última canción de la
película musical Yentl, interpretada por Barbra Streisand.
“ A simple vista todos los humanos parecen amar la vida, puesto que se aferran a ella. Pero un vitalista es aquel que ama la vida no porque esté acostumbrado a vivir, sino por que está acostumbrado a AMAR”
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