miércoles, 23 de julio de 2008

En la calle




"Hay días que la calle es mi refugio por excelencia. Salgo muy de mañana y la paseo, la recorro, la contemplo. A ella y a todo aquello que me ofrece, lo que vive en sus aceras, avenidas, esquinas. Una calle me lleva a otra y ésta a otra y así seguidamente, sucesivamente. Como si no se acabaran las calles, como si fuera un madeja de jamás terminará de desliarse. Hay personas que conozco de vista y otras que no, que sólo me recuerdan a la misma gente de todas las ciudades. Y soy ciudadana de la calle. Acaricio su contorno, me paro en sus mullidos rincones, los más cálidos. Fumo, como pasteles, tiro cosas en sus papeleras. Cruzo sus calzadas. Me fijo en los semáforos. En sus pájaros, en sus perros. Me paro a hablar con alguien apoyada en algún muro. Río, lloro sin pudor, como una de sus tontas. Famosos los tontos de la calle, conocidos, reconocidos. Queridos, socorridos, amparados. Repudiados. Olvidados. Como sus famosos mendigos o sus famosos drogadictos. Extraña la familia de la desolación, pero quizás también imprescindible.

            Saludo, canto, silbo. Le pregunto a sus guardias. Compro a sus vendedores. Me dejo asaltar por sus ladrones, violar pos sus violadores. Aprendo su poesía, la repito mentalmente. Camino, corro, huyo, me escondo. Arranco las flores de sus jardines. Escucho el merodeo de sus automóviles, esa música. Me siento en los bancos de sus plazas. La utilizo. Utilizo la calle a mi antojo. Soy una persona, pero soy muchas. Soy todas las personas."

"Ella anda" Francisca Gata


  

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