"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme"... Aquí se detiene la pluma de Cervantes. Al genio universal de la literatura le han mutilado de nuevo, física, moral e intelectualmente. Castilla Sur es proclamada Región Nuclear, Punto de No Retorno.
Comentaba recientemente un campesino manchego: "la paloma de la paz ha huido de las tierras castellanas con su rama de olivo, porque las gaviotas azules invadieron su espacio y lo colmaron de estiércol nuclear". Las dilatadas y verdes campiñas serán regadas ahora con lluvia radioactiva. Don Quijote, que ya no lucharía contra los molinos de viento, rompería todas sus lanzas y escudos contra el mayor cementerio atómico de España; y Sancho Panza cabalgaría con lágrimas en los ojos, en el valiente burro "Baltasar", compañero de lucha en cien batallas contra los mercaderes del lobby nuclear.
Roma sí paga a traidores, y el lobby nuclear deshoja con generosidad el fatal talonario. Este monstruo insaciable no vacila en destruir nuestro futuro, nuestra tierra, nuestros cultivos y ganados, nuestros bosques y ríos; en aniquilar nuestros pueblos, en borrar nuestra historia y cultura, y en romper contra toda equidad y derecho, el desarrollo natural, la pacífica y feliz convivencia, y la armonía de la vida. Las gaviotas azules, como dijera el viejo y sabio campesino conquense "ponen el huevo en Madrid, se dan el pico con vascos y catalanes, y finalmente vienen a cagar a Castilla. Dicen que es desarrollo ACTIVO durante sesenta años, pero la mayoría protesta porque es RADIO-ACTIVO. Y digo yo, ignorando lo que es: si tan buena resulta la basura nuclear, -ellos lo saben porque la producen-, que se queden con ese material y para siempre". Un apóstol nuclear, se supone que a sueldo, afirmó plenamente "convencido", que se trata de un cementerio atómico "totalmente limpio, seguro, rentable, y además rodeado de árboles, jardines, lagos y patos". O sea, un SARCÓFAGO FLORIDO.
Palencia, 21 de Enero de 2012.
Flaviano Casas Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario